Así es un Tratamiento de Regeneración Celular

¿Has pensado en hacerte un tratamiento con células madre, pero no sabes ni siquiera que preguntar sobre él? Las células madre hacen parte de la medicina del futuro, brindan una opción esperanzadora a ciertas condiciones de salud, algunas sin tratamiento o consideradas hasta ahora incurables. Se usan actualmente como una esperanza de vida, en tratamientos de enfermedades articulares (como artritis o artrosis), para enfermedades neurodegenerativas como: Esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer, convulsiones, enfermedades pulmonares, cardiovasculares (hipertensión y colesterol elevado), en antienvejecimiento celular y en enfermedades autoinmunes cómo esclerodermia, miastenia o artritis reumatoidea.

Sin embargo, son tratamientos con inmenso desconocimiento general, inquietudes, controversia y falsas expectativas; inclusive, he encontrado médicos que, desconociendo el tema, emiten conceptos erróneos, generando confusión en los pacientes. También he escuchado conceptos como: “eso no sirve para nada”, “ya sabes, esta enfermedad no tiene cura”, “Te dije que estos medicamentos son para toda tu vida”, “Deja de estar buscando soluciones mágicas”, que lo único que hacen es lastimar la vida y la salud de quienes se lo creen. Hoy sabemos que mejoran la vida de muchos pacientes, aunque no son la cura para todas las enfermedades.

Los tratamientos con células madre toman auge a partir de los trasplantes de médula ósea, donde pudimos comprender cómo las células madre renovaban y reparaban órganos o tejidos enfermos. Comprendimos que las neuronas sí podían regenerarse (antes pensábamos que esto no se podía) y la ciencia comenzó a perfeccionar este arte; los tratamientos que desarrollamos hace 10 años son diferentes a los de hace 5 años y muy diferentes a los actuales, y que han cambiado para el bienestar de las personas, a un ritmo supremamente acelerado.

Las células madre comúnmente utilizadas en la actualidad son las llamadas células madre hematopoyéticas y células madre mesenquimales. Ellas, pueden ser obtenidas de la médula ósea (médula del hueso, diferente a la médula espinal ubicada en la columna), de tejido adiposo o graso y de cordón umbilical. El origen de estas células, puede ser del mismo paciente o un donante y para que ellas actúen reparando, renovando y regenerando, deben ser ubicadas en los órganos o tejidos enfermos y posteriormente deben ser cuidadas, nutridas y mantenidas.

Estos son algunos factores importantes que debes tener en cuenta en el arte de esta medicina:

1. Que tu enfermedad sea manejada desde la causa (el origen) y no desde los síntomas.
2. La calidad, seguridad y ética, en el procesamiento de las células que se utilizarán.
3. El número de células o volumen que vamos a utilizar para la reparación.
4. La transferencia o el lugar donde vamos a depositar las células.
5. El tiempo que lleve la enfermedad y la edad del paciente.
6. El momento ideal para aplicarlas, una buena preparación sobre el metabolismo.
7. El control sobre otras enfermedades que tenga el paciente.
8. La buena relación con el médico tratante y la confianza.

Seguramente de esta manera vas a poder resolver tus inquietudes frente a un tratamiento de células madre, vas a poder aclarar con tu médico, tus expectativas frente al resultado, a lo que consideras como curación, vas a tener herramientas para comprender tu tratamiento. De lo contrario, si no eres parte activa en tu tratamiento y posiblemente tu médico vaya por un lado y tú por otro, posiblemente respuestas positivas para nosotros los médicos cómo estancar o mantener en un punto quieto a una enfermedad considerada progresiva, degenerativa, no lo sea para ti como paciente.

Bienvenido al mundo de la medicina regenerativa, bienvenido al mundo de la medicina del futuro. Para más información, puedes visitar nuestra sección sobre tratamientos con células madre.