¿Por qué leemos los exámenes médicos diferente?

¿Sabías que esta es una pregunta muy frecuente en la consulta de medicina regenerativa y de antienvejecimiento?

Cuando pensamos en salud, viene a nuestra mente realizarnos exámenes, dentro de los cuales los chequeos preventivos o ejecutivos toman gran importancia, ya que en ellos, te realizan importantes y completas revisiones. Algunos temen hacerlo, pensando que sufrirán si les diagnostican una enfermedad, o que se verán obligados a cambiar sus malos hábitos, quizás como un recurso inconsciente para evadir sus responsabilidades en salud; muchos otros como guerreros, se arman de valor y acuden periódicamente dispuestos a aprender, conocer y afrontar la realidad de su cuerpo y quizás, seguros frente a su adecuado estilo de vida.

Sin embargo, al momento de leer exámenes, en muchos pacientes encuentro en su rostro una combinación de sorpresa y desconcierto; donde algunos afirman: ya me leyeron estos exámenes, me dijeron que estaba bien, que nada tengo y ahora me estás diciendo que sí tengo problemas, ¿Cuál es la razón de estas diferencias? Sin dudarlo ningún médico se equivocó, pero es importante que comprendas la intención con la que el médico lee los exámenes para ti ¡Sí, la intención!

Voy a ponerte un ejemplo muy frecuente con los niveles de glicemia, glucosa o azúcar en sangre que se toman en ayunas, este resultado debe oscilar entre 75 a 85 mg/dL y los niveles para diagnosticar prediabetes están entre 100 y 125 mg/dl. Entonces, ¿Querría esto decir que estás normal si tienes 99 mg/dl y estas mal si tienes 100 mg/dl?, sin dudarlo la respuesta es NO. Por consiguiente, si quieres evitar llegar a futuro a una prediabetes, el objetivo ha de ser mantenerte en esos estrictos rangos de normalidad de 75 a 85mg/dl; de lo contrario estás permitiendo desarreglos que, de no ser corregidos a tiempo, seguramente terminarán en la enfermedad. Así sucede con muchos otros análisis, donde el objetivo es actuar antes de la presencia franca de una enfermedad. Entonces ya comprenderás esa frase “me dijeron que mi glicemia está bien y ahora viene esta médica a decirme que está mal”.

Te mencioné que lo diferente es la intención, teniendo en cuenta que aquí la finalidad terapéutica va más allá de diagnosticar la enfermedad, es identificar de manera oportuna cuando tu cuerpo está “comenzando” a hacer cambios, y muy posiblemente tendrán que pasar de 5 a 20 años para que la condición alterada adquiera el nombre de una enfermedad, a esto le llamo “la verdadera prevención”.

En consecuencia, al analizar tus exámenes es necesario que se encuentren “bien” y no “medianamente bien” o “cerca al límite”, pues en ese “casi normal” es donde tus células están expresando las primeras señales de daño, ¡Se están marchitando y no te estás dando cuenta! Cada vez que corregimos ese “casi normal” hacia un “normal”, estamos haciendo REGENERACIÓN CELULAR Y ANTIENVEJECIMIENTO, pues estamos ganando vida.

En adelante, jamás te permitas esos puntos intermedios con la salud, si tu colesterol está “al límite” algún día tendrás rigidez en arterias y ojalá no sean las coronarias, si tu presión arterial está “medio bien” y nada haces, algún día llegará un derrame cerebral; al igual que en tu vida personal, cuando algo no te satisface, ¡Busca la mejor solución!