¿Problemas con el azúcar? Uno de los factores más relacionados con el envejecimiento acelerado

Los exámenes alterados con la glucosa, la insulina y en general con el metabolismo del azúcar están siendo un común denominador en los exámenes de rutina, en nuestra consulta de medicina Regenerativa y Antienvejecimiento Celular. La universidad de Harvard ha demostrado cómo los excesos de azúcar en la dieta incrementan el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedad cardiovascular, diabetes, y se relaciona con la muerte de 180.000 personas al año, en todo el mundo.

Existe bastante desconocimiento y falta de congruencia a la hora de comer, seguro todos anhelamos una vejez sana y sin limitaciones, pero perdemos la congruencia a la hora de elegir alimentos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado que la mala alimentación y la falta de ejercicio físico, están impactando negativamente en la calidad de vida de la población mundial; lo desafortunado de esta situación es que son factores que se pueden modificar y así “prevenir” verdaderamente la enfermedad.

Cuando consumimos azúcar o carbohidratos en exceso estamos creando el ambiente propicio para la enfermedad y para despertar los genes asociados a ella. Los excesos de azúcar activan al páncreas, quien incrementa la producción de una hormona llamada “insulina” la cual produce inflamación crónica persistente (no la sientes pero causa estragos internos), incrementa los niveles de cortisol (la famosa hormona del estrés) y dentro de tus células, esas importantes centrales de energía llamadas mitocondrias, se van paulatinamente “melando de glucosa” y dejando residuos tóxicos que destruyen a las mismas células y al ADN (la información genética), apareciendo regularmente fatiga, cansancio y la típica somnolencia después de un almuerzo cargado de carbohidratos.

¿Cuál sería el ideal? ¡Estar gordo pero feliz! como muchos suelen decir, o ¡No privarse de los placeres de la vida! y a cambio enfermar el cuerpo…¿Será falta de conciencia en la alimentación?, ¿Será desconocimiento?, ¿Será que la industria de los alimentos nos invade con comestibles sin nutrientes?

El problema en el consumo de los azúcares inició años atrás con la industrialización de los alimentos, desde la infancia acostumbramos nuestro paladar al sabor dulce, perdimos un límite al respecto e inclusive llegamos al extremo de dar a un bebé tetero con gaseosa, de creer que un buen almuerzo debe estar acompañado de postre, de desayunar cereales con yogurt y un café bien dulce, o pensar que necesitamos comer algo dulce para supuestamente ¡activar la energía!. Vale la pena mencionar que los carbohidratos son todos esos alimentos o “comestibles” que tu cuerpo convierte finalmente en glucosa: harinas, postres, frutas, dulces, pasteles, bebidas azucaradas.

Tal vez la solución está en informarse más, en aprender a revisar etiquetas de los alimentos y volver a preparar comidas en casa. La recomendación científica es reducir la ingesta de azúcares añadidos a “menos del 5%” de la ingesta total diaria”, lo cual equivaldría a un máximo de 5 cucharaditas de azúcar añadida al día. Así, un vaso de gaseosa puede contener un equivalente a 7 cucharaditas de azúcar, un ponqué o un postre pueden contener entre 6.5 a 10 cucharaditas de azúcar y un helado de crema puede contener 12 cucharaditas de azúcar.

Mi consejo frente a tu longevidad es: toma conciencia del daño tan terrible que causas a cada célula de tu cuerpo, con la ingesta frecuente de esos alimentos que terminan convirtiéndose en glucosa, y cada vez que lleves un alimento a la boca recuerda que 1 de cada 100 muertes en el mundo se debió al consumo frecuente de azúcares añadidos.

Te dejo de reflexión esta frase del famoso padre de la medicina, Hipócrates: “Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente.”